Está claro que tanto las organizaciones como los líderes necesitan cada vez más tener un enfoque más humano en sus acciones, reflexiones, intenciones y decisiones.
Como comenta Bersin en su artículo HUMAN-CENTERED VS. BUSINESS-CENTERED LEADERSHIP 2022, el liderazgo tradicional nos exigía estar centrados en utilidades, eficiencias, costos, procesos, herramientas, y en definitiva resultados; pero la pandemia hizo que se acelerara el cambio hacia un enfoque más humano, en donde centremos nuestra atención e intención hacia las personas, entendiendo que, gracias a ellas, logramos esos resultados extraordinarios.
En términos prácticos como lo presenta Mckinsey en su artículo THE NEW ROLES OF LEADERS IN 21ST CENTURY ORGANIZATIONS, 2019, el rol de los líderes ha evolucionado del estratega, director, controlador y planeador, hacia visionario, conector o arquitecto, coach y catalizador de transformaciones. Estos roles evolucionados sin duda tienen un componente fundamental en común y son las relaciones humanas, la conexión, interacción, colaboración, apoyo, crecimiento individual y colectivo.
Este enfoque centrado en las personas no solo involucra a los líderes; sino que ha implicado una transformación y un cambio organizacional, en donde ahora hablamos de diseñar y brindar experiencias más significativas para las personas, que generen compromiso a partir del vínculo entre el propósito organizacional y el individual.
Sin embargo, el mejorar esa experiencia de una forma real y sostenible, no solo se refiere a una práctica de Recursos Humanos que instaure iniciativas puntuales en momentos específicos del ciclo de vida del colaborador. Esto requiere un cambio de mentalidad, que haga de la experiencia del colaborador un reflejo y a la vez un impulsor de la cultura; y este esfuerzo debe hacerse de manera integral.
El entender y escuchar las necesidades, preferencias y realidades de nuestros colaboradores y guiar nuestros esfuerzos para satisfacerlas, logrando el patrocinio genuino de los líderes y contar con ellos como habilitadores de los resultados; no sucede de la noche a la mañana.
El mejorar la experiencia del colaborador, es un proyecto de mejora continua, con una visión a largo plazo, y como todo proceso de evolución cultural necesitamos:
Talentlab® acompaña a las organizaciones en procesos de cambio cultural teniendo en cuenta estos elementos clave, asegurando que el cambio sea sostenible en el tiempo, y que al final cada organización logre alcanzar esa visión de la Experiencia del Empleado que se ha propuesto. En donde el colaborador, los líderes, y los stakeholders se beneficien y la organización pueda evolucionar hacia un nuevo estado cultural que potencie sus resultados, su propuesta de valor y su marca empleadora.
¿Te gustaría contarnos cómo son las experiencias que viven tus colaboradores?
Podemos ayudarte ¡contáctanos!